Una vez que el equipo se puso de acuerdo respecto de los valores, metas y objetivos del proyecto mediante los talleres de armonización iniciales (pasos 1 y 2), seleccionó un modelo de operación y estructura de contrato adecuados (paso 3) y acordó el “mapa de ruta” para la puesta en marcha (paso 4), estará listo para implementar metódicamente el procedimiento convenido y darle seguimiento hasta la conclusión del proyecto.
Antes de emprender el diseño esquemático, el equipo debe llevar a cabo un análisis inicial de las interrelaciones entre los sistemas del proyecto y cómo la función de cada individuo se relaciona con la de los demás integrantes del equipo. Como parte de este análisis, se recomienda:
Este análisis forma parte de lo que se ha denominado “proceso integrador” (integrative process) y constituye uno de los créditos que el programa de certificación LEED otorga (véase la descripción detallada en US Green Building Council, 2015).
Mantener el elevado nivel de colaboración necesario en un equipo integrado exige un esfuerzo concertado. Posiblemente resulte preciso contar con el apoyo de un facilitador durante todo el proceso de ejecución del proyecto a fin lograr una colaboración permanente y asegurar que el equipo coseche los beneficios de su inversión inicial en costos y tiempo.
Uno de los mayores desafíos es asegurar que los valores del proyecto se transmitan a la construcción y operación, y es aquí donde a menudo los equipos mal integrados utilizan equivocadamente atajos, poniendo en peligro sin querer el desempeño ecológico. El hecho de incluir al operador del inmueble en el equipo de diseño, aunado a la revisión de funciones y responsabilidades con los subequipos del constructor, ayuda a garantizar la continuidad; asimismo, coordinar los plazos previstos para la prueba de desempeño y puesta en servicio de la edificación con los correspondientes al calendario de construcción contribuye a la verificación eficiente de las metas de desempeño.
En un proyecto de diseño y ejecución integrales no existe un último paso. El equipo responsable del mantenimiento y la operación de la edificación debe capacitarse al término de la construcción, pero el monitoreo tanto del desempeño como de sus principales indicadores continúa durante la vida del inmueble. Se recomienda:
Estudio de caso: Planta de tratamiento de aguas residuales Lion’s Gate