2 Análisis especial: transferencias fuera de sitio para disposición final en América del Norte, 2014-2018
2.5 Producción sostenible y alternativas a la generación y eliminación de residuos industriales
2.5.2 El papel de la industria en la economía circular
Si bien los incentivos y los instrumentos de regulación afectan las formas y la medida en que los sectores industriales y manufactureros adoptan un enfoque más circular para sus operaciones, otros factores también desempeñan un importante papel en este proceso. La implementación de un modelo de economía circular al interior de la industria exige un cambio en la mentalidad tanto de los consumidores como de los productores, lo que a su vez ejercerá una influencia en el diseño de los productos, en coherencia con los principios de la economía circular: es decir, favoreciendo la utilización de desechos y residuos como materia prima al tiempo de reducir el uso de productos tóxicos y no reutilizables.
Los esfuerzos en favor de la sostenibilidad ambiental emprendidos por la industria han sido desencadenados por preocupaciones globales sobre los impactos en la salud humana y el medio ambiente. Algunas industrias han adoptado prácticas como la prohibición de sustancias específicas, la mejora de la eficiencia de sus procesos y el fomento de una cultura de responsabilidad social y ambiental empresarial, al tiempo que buscan evitar impactos económicos negativos. Estas prácticas pueden estar orientadas hacia objetivos específicos, pero se reconocen como sostenibles si contribuyen a minimizar los riesgos e impactos ambientales y de salud humana. Los aspectos financieros, regulativos, operativos y de reputación son factores clave que influyen en la adopción de la sostenibilidad al interior de la industria.
Un estudio realizado en 2019 por Accenture, proveedor global de servicios para una amplia gama de industrias, incluido el sector de fabricación de productos químicos, mostró que aproximadamente la mitad de los 6,000 consumidores encuestados estarían dispuestos a pagar más por productos sostenibles: alrededor de 70% indicó mayor probabilidad de adquirir productos orgánicos que hace cinco años.[77] Este cambio en la mentalidad del consumidor está teniendo un impacto en toda la cadena de suministro. Los fabricantes de automóviles, ropa, equipos y componentes electrónicos, alimentos y juguetes, entre otros sectores productivos, están adoptando un enfoque de economía circular (o ciclo de vida del producto). Esto implica modificar la forma en que diseñan sus productos y embalajes, al igual que su utilización de sustancias químicas. Como resultado, la industria química —eslabón indispensable en la cadena de suministro para muchos de estos sectores industriales— también se está viendo afectada por tales transformaciones.
Diseñar para reducir y prevenir la generación de residuos
Las empresas están rediseñando sus productos teniendo en cuenta el uso de materias primas recicladas y reciclables. Las nuevas tendencias apuntan también a una reducción en el consumo de energía y otros recursos (por ejemplo, agua) en los procesos productivos. Cada vez más, los residuos generados en las etapas de producción y posconsumo se reintegran en los procesos de producción; y cuando esto no es posible, los residuos se envían a empresas asociadas para que se utilicen en otras partes de la cadena de valor (por ejemplo, transferencias a empresas cementeras donde escorias y polvos pueden utilizarse como sustituto del mineral ferruginoso en el proceso de producción de clínker).
- Diseño de productos más duraderos
De lo anterior se desprende que las empresas también deben diseñar sus productos de manera que contrarreste la “obsolescencia programada”, característica demasiado común de los bienes de consumo en décadas recientes. Hay cuatro formas principales en las que una empresa suele lograr la obsolescencia programada: durabilidad artificial, actualizaciones de software, obsolescencia percibida y prevención de reparación.[78]
En 2017, el Parlamento Europeo aprobó la “Resolución sobre una vida útil más larga de los productos: beneficios para los consumidores y las empresas”, destinada a contrarrestar la obsolescencia programada (Parlamento Europeo, 2017). Aparte de los beneficios medioambientales asociados al combate de la obsolescencia programada, se estimó que si tan sólo 1% de todos los productos manufacturados que se encuentran en los vertederos se reciclara, se crearían 200,000 nuevos puestos de trabajo.[79] En España, la FENISS (Fundación Energía e Innovación Sostenible sin Obsolescencia Programada) certifica a las empresas que producen bienes y servicios respetuosos del medio ambiente y diseñados para ser duraderos.[80] Las empresas que han tomado la delantera en la lucha contra la obsolescencia programada están vendiendo productos que los consumidores “compran de por vida” (lo que significa que son de alta calidad, pero también reparables en caso necesario).
El manejo de un residuo industrial o peligroso depende de su ciclo de vida: cómo se extrae o produce; su uso, y si se puede —y cómo— tratar al final de su primera vida útil. Lo anterior presupone que ciertas sustancias pueden reincorporarse en los procesos productivos para su reutilización o reciclaje.
Utilizando los principios de la llamada “química verde”, concepto desarrollado en 1998 por Anastas y Warner para referirse a la fabricación de sustancias químicas con el objetivo de reducir la formulación, producción y uso de sustancias tóxicas, la industria química puede “capturar” moléculas recirculantes valiosas a partir de compuestos químicos usados al final de su vida útil, lo que significa que puede utilizar más materia prima renovable. Ello tiene el potencial de generar enormes ahorros, ya que las materias primas pueden representar aproximadamente 60% de los costos totales de una empresa química. Los principios clave de la química verde son la prevención de residuos; el aumento de la eficiencia energética; el uso de materias primas renovables; el diseño de productos químicos más seguros, y la reducción de la posibilidad de accidentes (Parlamento Europeo, 2017; PNUMA, 2019).
- Agregar valor a los materiales residuales
El Instituto de Química Verde (Green Chemistry Institute) de la Asociación de Química de Estados Unidos (American Chemical Society) brinda ejemplos de la transformación de residuos en energía, combustibles y otros materiales útiles y valiosos. Por ejemplo, la empresa Biofine Technology LLC (ahora DPS Biometics, Inc.) desarrolló un proceso para convertir biomasa (residuos de celulosa contenidos en lodos residuales generados por las fábricas de papel, residuos sólidos municipales, papel de desecho no reciclable, residuos de madera y residuos agrícolas) en combustibles y sustancias químicas de valor (por ejemplo, ácido levulínico, sustancia que puede utilizarse como base para productos químicos contenidos en muchos materiales de gran utilidad, como productos farmacéuticos, aditivos alimentarios y plásticos). Este proceso reduce el uso de combustibles fósiles, así como el costo del ácido levulínico.[81]
- Modelo de arrendamiento de productos químicos
El arrendamiento de productos químicos es un modelo comercial de servicio que facilita el reciclaje, la devolución y la reutilización de sustancias químicas, lo que da como resultado una reducción del consumo de recursos, los residuos y las emisiones. Este modelo también da lugar a procesos más rentables (de mayor costoefectividad) al orientar de mejor manera los productos químicos hacia usos o productos específicos (por ejemplo, un limpiador a base de solventes para autopartes), al tiempo de recuperar los productos químicos desechados para su reciclaje y reutilización.[82]