En balance Volumen 16

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2 Análisis especial: transferencias fuera de sitio para disposición final en América del Norte, 2014-2018

2.4 Análisis de transferencias fuera de sitio para disposición final, 2014-2018

2.4.7 Seguimiento de las transferencias para disposición final, desde el origen hasta el destinatario

Este capítulo especial sobre transferencias para disposición final se ha centrado en las cantidades registradas y, por lo tanto, en los establecimientos de origen (o de envío). Sin embargo, como se mencionó antes, es igualmente importante contar con información precisa sobre los destinos (o destinatarios) finales de tales residuos transferidos. Por primera vez, la CCA ha recopilado datos RETC trinacionales correspondientes a todas las instalaciones tanto de origen como de destino involucradas en transferencias para disposición final, dentro y fuera de las fronteras. El mapa de la figura 23 ilustra los flujos de tales transferencias en América del Norte en 2018.[73]

Figura 23. Flujos de transferencias para disposición final dentro de América del Norte, 2018

Nota: Estos datos son preliminares, única y exclusivamente con fines ilustrativos.

Una exploración inicial de los datos recabados aporta información interesante sobre las fuentes y los destinatarios de las transferencias para disposición final. Por ejemplo, en muchos casos, las instalaciones de origen indican información de ubicación (ciudad, provincia/estado/territorio) inexacta o inexistente para el destinatario, o proporcionan descripciones genéricas de las instalaciones receptoras en lugar de un nombre oficial (“vertedero”, “tierra agrícola”, “pozo de inyección núm. 2”, “estación de transferencia”, “basura”, entre otros).

Entre los destinatarios claramente identificados de las transferencias para disposición final figuran instalaciones de manejo de residuos, plantas de cemento, fundiciones, rellenos sanitarios, pozos de inyección subterráneos, plantas de tratamiento de aguas residuales, fabricantes de productos químicos, granjas y tierras agrícolas, y estaciones de transferencia. Sin embargo, en muchos casos la información disponible en el sitio web de algunos de estos destinatarios plantea lleva a dudar sobre su idoneidad o capacidad para recibir y manejar adecuadamente los residuos que se les transfieren. Por ejemplo, ciertos rellenos sanitarios especifican que no están diseñados para recibir residuos peligrosos, pero los datos RETC muestran que reciben contaminantes —a menudo en grandes cantidades— que pueden presentar riesgos para la salud humana o el medio ambiente, dependiendo de la forma o estado en que se encuentren (únicamente estabilizados o inertes podrían ser aptos para eliminación en áreas no diseñadas para residuos peligrosos).

Priorización de contaminantes de preocupación común

Los análisis de datos de transferencias para disposición final han revelado similitudes entre los tres países en cuanto a los sectores y contaminantes reflejados, así como importantes lagunas en los datos en toda la región. Si bien ciertamente existen diferencias en su alcance y tamaño, la mayoría de los principales sectores informantes (por ejemplo, industria básica del hierro y del acero, extracción de petróleo y gas, manejo de residuos, y centrales eléctricas) operan en los tres países. Por lo tanto, se puede concluir que los vacíos y omisiones en los datos correspondientes a estos sectores en toda la región se deben en gran parte a las diferencias en los requisitos de registro de los RETC de Canadá, Estados Unidos y México.

Gran parte del énfasis en estos análisis se halla en las sustancias registradas en mayores proporciones; por ejemplo, compuestos metálicos como zinc y manganeso, junto con ácido sulfhídrico, ácido nítrico y compuestos nitrados, y fósforo total. Sin embargo, como se mencionó ya, si bien las instalaciones industriales de América del Norte transfirieron más de 400 contaminantes para su eliminación entre 2014 y 2018, existen grandes disparidades en la cantidad de sustancias sujetas a notificación en cada país y, por tanto, en los datos disponibles para el análisis.

De igual o mayor importancia que el volumen de contaminantes transferidos para eliminación o disposición final es su potencial para afectar negativamente la salud humana o el medio ambiente. Como se señaló anteriormente, al intentar evaluar el riesgo de una sustancia contaminante deben considerarse factores como su toxicidad inherente, su potencial para persistir en el medio ambiente o alterarlo de alguna manera, y la vía de exposición, entre otros. Del conjunto de contaminantes transferidos para disposición final por los establecimientos de América del Norte entre 2014 y 2018, 210 son sustancias tóxicas conocidas por su potencial para causar daño a la salud humana o el medio ambiente; es decir, pueden afectar el desarrollo humano o la reproducción, son carcinógenos presuntos o conocidos, o tienen el potencial de persistir en el medio ambiente, bioacumulándose (magnificándose) a lo largo de la cadena alimentaria.

Los diferentes requisitos de registro de los programas RETC nacionales para estas sustancias dificultan la capacidad para comprender cabalmente los riesgos asociados con su eliminación. Un aspecto relacionado es el hecho de que, dependiendo del país, ciertos contaminantes se registran como grupos de sustancias; por ejemplo, el grupo de compuestos de cromo incluye compuestos de cromo hexavalente, que son extremadamente tóxicos, junto con otros compuestos de cromo menos tóxicos (solamente en el NPRI se registran los compuestos de cromo hexavalente por separado). Ello aumenta la dificultad de conocer con mayor precisión posibles problemas de contaminación asociados a la eliminación de sustancias muy tóxicas (sin mencionar los riesgos que plantea su acumulación en el tiempo).

Los RETC ofrecen la posibilidad de rastrear las emisiones y transferencias de contaminantes, además de contribuir a generar conciencia sobre los problemas conocidos o emergentes asociados a los mismos. Así por ejemplo, ha salido a la luz información sobre los impactos ambientales y en la salud humana de las sustancias per y polifluoroalquiladas (PFAS), un grupo de sustancias químicas sintéticas fabricadas y ampliamente utilizadas en envases de alimentos, espumas contra incendios, productos repelentes de calor, agua y manchas, y otros procesos industriales en todo el mundo desde hace más de 50 años. Ciertas PFAS —también conocidas como “productos químicos eternos” porque pueden acumularse y permanecer en el cuerpo humano durante muy largos periodos— se han asociado con resultados adversos para la salud humana, como cáncer, problemas de tiroides e hígado y malformaciones congénitas.[74] Recientemente, se han encontrado niveles elevados de PFAS en los biosólidos a base de lodos de aguas residuales aplicados a tierras agrícolas en Estados Unidos y otros lugares del mundo (OCDE, 2013).[75]

El Grupo Internacional de Coordinación de RETC de la UNECE ayuda a coordinar los esfuerzos de organizaciones internacionales, gobiernos y otras partes interesadas en relación con el desarrollo de sistemas de registro de emisiones y transferencias de contaminantes. Durante la reunión del grupo celebrada en 2021, se recomendó la inclusión de ciertas PFAS en las listas de contaminantes RETC. De hecho, en reconocimiento de esta problemática emergente, Estados Unidos agregó 172 PFAS al TRI para el año de registro 2020.

El acceso a datos precisos y completos relativos a la gestión de contaminantes de interés común por parte de los sectores industriales de América del Norte puede respaldar políticas y acciones encaminadas a evitar no solamente su liberación inadvertida como resultado de una eliminación inadecuada, sino también —y en primer lugar— su utilización. En el siguiente apartado se analizan las alternativas en curso y emergentes en cuanto a la generación y eliminación de residuos industriales.

[73] Cabe señalar que estos datos son preliminares.

[74] OCDE, “About PFASs” [Acerca de las sustancias per y polifluoroalquiladas], portal de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos sobre compuestos químicos per y poliflourados.

[75] Tom Perkins, “‘I don’t know how we’ll survive’: the farmers facing ruin in Maine’s ‘forever chemicals’ crisis”, The Guardian, 22 de marzo de 2022.

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Comisión para la cooperación ambiental

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