El sistema de energía eléctrica
La industria estadounidense de la energía eléctrica se compone principalmente de empresas eléctricas "tradicionales", entidades jurídicas que, junto con las instalaciones de distribución, tienen el propósito central de suministrar electricidad a la ciudadanía. Las empresas eléctricas pueden ser municipales, estatales, federales o propiedad de inversionistas, así como cooperativas rurales de electricidad. El sector eléctrico de Estados Unidos también abarca a participantes no-tradicionales, como los proveedores de servicios de energía, los comercializadores de energía eléctrica, los productores independientes de energía eléctrica y las centrales de ciclo combinado de energía térmica y eléctrica.
En 2005 había 3,133 empresas eléctricas y 2,800 participantes no-tradicionales, que en conjunto operaban un total de 16,807 unidades generadoras de electricidad, 81.42% de las cuales correspondían al sector de energía eléctrica —es decir, empresas eléctricas y productores independientes de energía eléctrica— y el resto al sector de ciclo combinado de energía térmica y eléctrica. Ambos sectores representaban una capacidad instalada total de 1,067,010 megawatts [15, 16].
De acuerdo con datos del Departamento de Energía de Estados Unidos (US Department of Energy) [15, 16], se estima que la generación neta de electricidad aumentó 4.8% de 2002 a 2005, para llegar a 4.055 billones de kWk. La tasa anual promedio de aumento para el periodo de 12 años comprendido entre 1994 y 2005 fue de 2%. En ese mismo periodo, alrededor de 20% de la generación total de electricidad provenía de nucleoeléctricas, mientras que de 65 a 68 por ciento de la generación neta total se producía en centrales carboeléctricas y de gas natural. La contribución de la electricidad generada mediante gas natural creció de 14.2% del total en 1994 a 18.7% en 2005, mientras que en el mismo periodo la participación de la generación carboeléctrica se redujo de 52.1 a 49.7 por ciento. La menor contribución de la generación carboeléctrica se debe a que en ese periodo las adiciones en la capacidad instalada correspondieron preferencialmente a unidades a base de gas natural, en especial desde 2000.
La generación neta de las centrales hidroeléctricas pasó de 256 mil millones de kWh en 2002 a 270 mil millones de kWh en 2005 [15, 16]. No obstante, a pesar de este aumento de 5.46%, la generación hidroeléctrica en 2005 fue menor que el pico registrado en la década anterior, cuando llegó a 356 mil millones de kWh en 1997. La producción hidroeléctrica relativamente baja se ha atribuido a las graves sequías que asolaron el oeste de Estados Unidos de 1999 a 2004 [17]. Otras fuentes de energía renovable (generación por biomasa, eólica, geotérmica y solar) representaron 2.3% de la producción eléctrica total. De la electricidad generada por todas las fuentes de energía renovable combinadas, la mayor parte correspondió a la biomasa, en tanto que la participación de la generación eólica ascendió a 17.8 mil millones de kWh (casi 19%).
Los combustibles derivados de la destilación del petróleo contribuyeron en 2005 con 3% de la capacidad de generación eléctrica de Estados Unidos al producir 123 mil millones de kWh, mientras que la generación a partir de otros combustibles gaseosos (por ejemplo, gas de refinería, gas de altos hornos) y otras fuentes diversas representó el resto.
En resumen, la capacidad de generación carboeléctrica, nucleoeléctrica e hidroeléctrica en Estados Unidos se mantuvo relativamente sin cambios durante la década que finalizó en 2005, en tanto que la capacidad instalada para gas natural y otras fuentes de energía renovable registró un aumento considerable.