¡La CCA cumple 30 años! Tres décadas de cooperación ambiental a escala regional
Montreal, 14 de septiembre de 2023—¿Listos para celebrar… y acelerar el paso? Tenemos grandes noticias. La Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA) celebra su trigésimo aniversario. A lo largo de este año estaremos reconociendo algunos de los hitos más importantes de la colaboración ambiental en América del Norte y aprovecharemos nuestra historia de trabajo conjunto para agilizar la adopción de medidas urgentes que permitan hacer frente a la triple crisis planetaria que implican el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación.
Hoy hace treinta años, en septiembre de 1993, los gobiernos de Canadá, Estados Unidos y México concluyeron la firma del Acuerdo de Cooperación Ambiental de América del Norte (ACAAN), convenio paralelo del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Fue en virtud del ACAAN que la CCA se creó.
La entrada en vigor del TLCAN y el ACAAN el 1 de enero de 1994 supuso la primera vez que un acuerdo de libre comercio consagró obligaciones en materia de protección del medio ambiente; fomento del desarrollo sustentable; instrumentación de políticas para la prevención de la contaminación, y promoción del cumplimiento y la aplicación de la legislación ambiental.
La esencia del éxito de la cooperación regional radicó en un enfoque colaborativo adoptado no sólo entre los tres países, sino también a través del trabajo transversal entre organismos y sectores, con la participación de innumerables organizaciones, comunidades y personas comprometidas que trabajan en armonía en defensa de nuestro medio ambiente. Mediante la cooperación en torno a prioridades compartidas, hemos sido capaces de catalizar un cambio sistémico en América del Norte y seguiremos reforzando nuestras alianzas actuales y desarrollando otras en el futuro, así como construyendo de forma continua una identidad regional centrada en nuestra gente, en nuestro medio ambiente compartido y en la sustentabilidad y la justicia ambiental.
¿Siente curiosidad por conocer más aspectos de la historia medioambiental del subcontinente? A continuación encontrará algunos apuntes de tres décadas de acción colaborativa en favor del medio ambiente:
- ¿Alguna vez se ha preguntado por qué la mariposa monarca en nuestro logotipo? Además de ser carismática, esta majestuosa mariposa es la única que realiza migraciones anuales similares a las de las aves en América del Norte. La migración subcontinental de la monarca pone de manifiesto la unidad de nuestro entorno común y demuestra la importancia de la colaboración transfronteriza a lo largo de su ruta migratoria. La mariposa monarca refleja una de las formas en que estamos todos conectados a través de nuestros ecosistemas y señala la necesidad de coordinar políticas y acciones con una perspectiva regional. Pese a enfrentarse a nuevas y continuas amenazas, esta especie migratoria perdura como símbolo del valor sin fronteras, transcultural e intemporal de la naturaleza. Le invitamos a leer más sobre nuestros 25 años de labor trilateral para proteger a la mariposa monarca, aquí.
- Desde los albores de la CCA, Canadá, Estados Unidos y México acordaron elaborar el primer conjunto combinado de datos trinacionales sobre emisiones y transferencias de contaminantes. Nuestra iniciativa Registro de Emisiones y Transferencias de Contaminantes (RETC) de América del Norte se puso en marcha en 1996 y la primera publicación de nuestra serie insignia En balance vio la luz en julio de 1997. Poco después de la creación de un RETC voluntario en México en 2002, y con el apoyo de la Comisión, este país estableció con carácter obligatorio que las plantas industriales dieran cuenta de 104 sustancias químicas tóxicas y creó el Registro de Emisiones y Transferencia de Contaminantes (RETC) mexicano. El establecimiento del RETC obligatorio dio muestra de los beneficios derivados de la cooperación internacional en América del Norte. Hoy, los informes y la base de datos en línea En balance de la CCA siguen siendo una importante herramienta para fomentar el acceso público a los datos RETC con el fin de mejorar nuestro conocimiento de las fuentes de contaminación y el manejo de los contaminantes de preocupación común; asimismo, pueden ayudar a identificar mejores prácticas para el monitoreo, la consecución de objetivos de reducción y la adopción de medidas en relación con las emisiones de gases de efecto invernadero prioritarios (como el metano).
- Por último en esta lista, aunque no por ello menos importante, en una victoria enorme para la salud humana y ambiental, la CCA desempeñó un papel decisivo en prácticamente eliminar la producción y el uso del veneno neurológico DDT (diclorodifeniltricloroetano), logro que proclamamos de manera triunfal —“América del Norte ya no usa DDT”— en septiembre de 2003. Tras la adopción en 1997 de un Plan de Acción Regional de América del Norte en materia de DDT, en tan sólo seis años el subcontinente consiguió eliminar casi por completo el DDT de nuestro medio ambiente común: uno de los logros más notables del programa de la CCA sobre manejo adecuado de las sustancias químicas. Y luego, como parte de una iniciativa conjunta entre la CCA y la Organización Panamericana de la Salud, con el apoyo del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), México compartió lecciones derivadas de este proceso con Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá, lo cual demuestra los poderosos efectos positivos derivados del liderazgo ambiental de América del Norte al servir de modelo regional de esfuerzos colaborativos exitosos.
Durante ya tres décadas, la CCA ha operado como una organización intergubernamental capacitada para atender de manera conjunta los más acuciantes problemas medioambientales y climáticos, desplegando acciones a lo largo y ancho de nuestra región, y creando un historial de liderazgo. Treinta años de experiencia han forjado las capacidades, herramientas y conocimientos necesarios para abordar los desafíos ambientales actuales y futuros.
Ahora que enfrentamos los mayores retos climáticos y ambientales, resulta más importante que nunca acelerar la puesta en marcha de soluciones en toda la sociedad y aprovechar las ventajas que ofrece una intervención trilateral ambiciosa. Al tiempo que reflexionamos sobre treinta años de colaboración y reconocemos las redes y relaciones establecidas a lo largo del camino, celebraremos lo que todos hemos logrado y aprendido juntos, de modo que podamos redoblar nuestros esfuerzos para construir el futuro al que aspiramos.
Como recientemente se reafirmó, la Comisión para la Cooperación Ambiental tiene el firme compromiso de reconocer y promover que se respeten los derechos de los grupos indígenas —incluido el derecho a la autodeterminación— en las actividades y decisiones en materia de medio ambiente en toda América del Norte y el mundo.
Mirando hacia el futuro, seguiremos escuchando y poniendo en práctica las enseñanzas extraídas de la interacción con una diversidad de experiencias de nuestro subcontinente, para enfrentarnos juntos a las dificultades que se nos planteen en los próximos 30 años y allende.
A lo largo de este próximo año de celebración y dinamización de la acción trilateral en favor del medio ambiente, manténgase atento a la información y oportunidades de participación que estaremos divulgando, y escuche las voces de personas y socios de nuestra organización que están impulsando el emprendimiento de medidas medioambientales en América del Norte.
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Acerca de la CCA
La Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA) es una organización intergubernamental establecida en 1994 por Canadá, Estados Unidos y México en virtud del Acuerdo de Cooperación Ambiental de América del Norte (ACAAN), convenio paralelo del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en materia de medio ambiente. A partir de 2020, con arreglo al nuevo Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), la CCA se rige por el también nuevo Acuerdo de Cooperación Ambiental (ACA), que la reconoce y establece los términos para continuar su funcionamiento. La CCA reúne a una amplia diversidad de interesados —incluidos el público en general, comunidades indígenas, jóvenes, organizaciones no gubernamentales, académicos y empresarios— en busca de soluciones para proteger el medio ambiente compartido de América del Norte y, al mismo tiempo, fomentar un desarrollo sustentable en la región en beneficio de las generaciones presentes y futuras.
La CCA está regida y financiada a partes iguales por los gobiernos de: Canadá, a través del ministerio federal de Medio Ambiente y Cambio Climático (Environment and Climate Change Canada, ECCC); los Estados Unidos de América, por medio de la Agencia de Protección Ambiental (Environmental Protection Agency, EPA), y los Estados Unidos Mexicanos, mediante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).